
Sr. presidente, hace dos días los peronistas hemos conmemorado el día de la militancia. La fecha tiene que ver con el primer regreso de Perón. El 17 de noviembre de 1972 Perón volvió porque lo trajeron sus militantes. Esos militantes, que supieron entregarse a una causa política, a una causa de vida y en más de una ocasión fueron víctimas de las persecuciones, la cárcel, la desaparición...
Militantes del pueblo, que en 1955 con la FUSILADORA, (nombre con el que el pueblo conoce la mal llamada Revolución libertadora) sufrió no solo la caída de su líder, sino el ver como el sueño del pueblo feliz y la patria grande se volvía nuevamente lejana.
Pero estos militantes no se resignaron y siguieron luchando y haciendo que la consigna del “LUCHE Y VUELVE”, se transforme en bandera de esperanza. Y esa esperanza es la que transmitieron a sus hijos e hijas, que siguieron luchando hasta cumplir el objetivo.
El 17 de noviembre de 1972 cientos de miles de personas recibieron con esperanzas al Líder. Cientos de miles de jóvenes, mujeres, niños, trabajadores y trabajadoras compartieron la fiesta que significaba la Victoria de la militancia organizada.
Después de 18 años de proscripción y exilio forzado, ellos, “los nadies”, “el subsuelo de la patria, sublevado”, como los habían llamado otro 17, pero de octubre y del 45, habían derrotado por segunda vez a quienes quisieron robarle los sueños robándole al general Perón.
El 17 de noviembre de 1972 yo tenía solo 12 años pero recuerdo con mucha claridad el espíritu de fiesta compartida que se respiraba en cada barrio, en cada calle, en cada casa.
A esos militantes que hicieron posible el 17 de octubre, que consiguieron traer a perón el 17 de noviembre, que nos heredaron la certeza de que es verdad que la organización vence al tiempo y que el pueblo, cuando se une detrás de un objetivo es invencible, que aún atesoran el sueño del pueblo feliz y la patria grande, que saben y enseñan cada día y con cada acto de su vida de que la única batalla que se pierde es la que no sé da, a esos hombres y mujeres que con su militancia de todos los días lograron que el peronismo siga vivo en el corazón del pueblo, a los imprescindibles de ayer de hoy y de siempre, y también a los militantes de otros partidos como también militantes sociales que son capaces de soñar y contagiar ese sueño haciéndolo colectivo, quiero en este homenaje expresarles mi eterno agradecimiento.
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